Viaje a Azerbaiyán y Georgia II. Día 2: Bakú I

Comenzamos nuestro primer día completo en Bakú desayunando en el hotel, ya que nuestra reserva lo tenía incluido. No es que tuviera un gran surtido, pero al menos ya no iniciábamos nuestra ruta con el estómago vacío.

Lo bueno es que el comedor estaba en la última planta del hotel, por lo que teníamos una magnífica vista del Promenade que lleva al centro de la ciudad. Y, aunque había algunas nubes, parecía que teníamos un día soleado por delante.

Tras desayunar, cogimos nuestras mochilas, nos colgamos las cámaras al cuello y nos pusimos en camino para conocer la capital y ciudad más poblada de Azerbaiyán, cuyos orígenes se remontan al siglo VI, aunque tan solo se tiene constancia escrita de su existencia desde el 885.

Antes de pasar a manos rusas en 1813, Bakú pertenecía a Persia, de ahí, que de las diversas teorías sobre el origen de su nombre, las más plausibles sean las que aseguran que viene del persa bagh kuh, que significaría montaña de Dios o de bad kube, algo así como ciudad de los vientos (y es que el khazri, el frío viento del norte, puede llegar a casi 150 kilómetros por hora).

Convertida en capital tras el terremoto del siglo XII que destruyó la anterior ciudad que ostentaba este título, Bakú es hoy en día la próspera urbe que vemos como consecuencia de la explotación de los pozos petrolíferos en la zona desde el siglo XIX. Al inicio los trabajos fueron manuales, pero pronto comenzaron las excavaciones mecánicas y la cosa se masificó cuando en 1872 las autoridades imperiales rusas subastaron las parcelas de tierra ricas en petróleo alrededor de Bakú a inversores británicos, franceses, alemanes, belgas, suecos, suizos y estadounidenses. Para principios del siglo XX casi la mitad de la producción mundial de petróleo se extraía en Bakú. Hitler no fue ajeno a este dato, e intentó llegar a la ciudad para controlar esta producción. Sin embargo, la llamada operación Edelweiss fue abortada a 530 kilómetros al noroeste en noviembre del 42 y las tropas nazis no llegaron a la capital de Azerbaiyán.

Bakú queda dividida en varias zonas claramente diferenciadas. En primer lugar está la ciudad vieja, una antigua fortaleza de la que aún se conservan muchas de las murallas y torres. Después, desde esta ciudad vieja y hacia las colinas, se extiende con una planificación en cuadrícula el ensanche. Construido tras la explotación masiva de petróleo de principios del siglo XX, en él predomina la arquitectura historicista y abundan las mansiones. Finalmente, envolviendo estas dos zonas, se despliega la ciudad moderna, que nace de una reestructuración acontecida en este siglo tras un segundo auge petrolífero y no para de crecer. Para esta modernización se han demolido numerosas construcciones de la época soviética que se han sustituido por zonas verdes y edificios de estilo contemporáneo.

Nuestro hotel estaba en las afueras, así que iniciamos nuestro paseo precisamente por esta Bakú moderna incorporándonos al Bulevar, un paseo marítimo construido a principios del siglo pasado ganando terreno al Mar Caspio para conectar la ciudad con los campos de petróleo de Bibiheybət.  En aquel momento la avenida tenía las mansiones recién construidas de los magnates del petróleo a un lado y el mar al otro, así que se proyectó el bulevar como un terraplén de veinte metros de ancho que proporcionara un espacio de descanso y ocio con árboles, arbustos y vegetación capaz de sobrevivir al clima extremadamente cálido, seco y borrascoso de la ciudad. Originalmente se extendía un par de kilómetros, desde la Plaza de la Libertad hasta la Plaza Azneft, pero con el tiempo se ha ido expandiendo. Primero en las décadas de 1950 y 1960 tanto a este como a oeste y, ya en el nuevo siglo, en 2012, tras la victoria de Azerbaiyán en el Festival de Eurovisión del año anterior, se amplió desde la Plaza Azneft hacia el barrio de Bayil, donde se inauguró la Plaza de la Bandera Nacional, llegando así a los cinco kilómetros. Posteriormente, en 2015 sumó otros dos más e incluso hoy en día se siguen proyectando nuevas ampliaciones queriendo llegar hasta los 26 kilómetros.

En la primera mitad del siglo XX el bulevar fue añadiendo zonas de ocio, incluyendo hasta un balneario,  aunque este acabó cerrando sus puertas a finales de los 50 como consecuencia del mal mantenimiento y de la contaminación del agua de la bahía. En esa misma época se construyó sin embargo un cine de verano, varias cafeterías y otras atracciones recreativas.

Con una década de los 80 en que se descuidó el mantenimiento del bulevar y la subida del nivel del mar acabó con muchos de los árboles y arbustos hubo unos años de decadencia. Sin embargo, en 1999 fue declarado Parque Nacional y se comenzaron a llevar tareas de recuperación.

En 2008 se añadieron un un club náutico, un parque de atracciones, una fuente musical y varias estatuas y monumentos.

También se reconstruyó la torre de paracaidistas inaugurada en 1936 y que había dejado de funcionar en la década de 1960 tras un accidente mortal. Desde su reconstrucción es un monumento que muestra la fecha, la hora, la temperatura del mar y del aire así como la velocidad del viento.

Un par de años más tarde abrieron sus puertas el centro comercial Park Bulvar, el Baku Business Centre y un cine 5D.

En 2012 se inauguró la recién restaurada Pequeña Venecia, una zona construida en la década de los 60 y que pretendía trasladar a los visitantes a la ciudad italiana con sus canales y sus góndolas. Es un complejo formado por un gran lago con puentes de piedra y árboles con un agradable paseo, pero de ahí a que recuerde a Venecia, creo que es venirse muy arriba.

En 2014 se inauguró la Baku Eye, de 60 metros de altura, una noria que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y de la costa. 

También en ese año se construyó el nuevo edificio del Museo de la Alfombra de Azerbaiyán, un museo que expone las alfombras de varios períodos históricos así como diversas técnicas y métodos de tejido.​ Además de albergar la colección más grande de las alfombras de Azerbaiyán en el mundo, es un centro cultural y educativo que acoge exposiciones, conferencias y simposios. Tiene un diseño muy original, y es que su construcción imita una alfombra semienrollada.

Un año más tarde abrieron sus puertas el Museo de la Crónica de Piedra, el Museo de Pintura Azerí de los Siglos XX y XXI y el Centro de Arte Contemporáneo Yarat. En 2016 el bulevar inauguró el primer cine al aire libre de Bakú.

Un poco antes de llegar a la Plaza de la Libertad se encuentra el Museo de la Independencia de Azerbaiyán, inaugurado en 1991 (aunque entre 1919 y 1920 ya había funcionado en otro edificio). Es un museo que alberga los restos arqueológicos, obras de pintores, piezas numismáticas, joyería, ejemplos de los libros raros, etc.

En la Plaza de la Libertad, antiguamente denominada Plaza de Lenin, se erige la Casa del Gobierno de Azerbaiyán, un edificio construido a mediados del siglo pasado y restaurado entre 2006 y 2010 que concentra varios Ministerios y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

Frente a la Casa del Gobierno hoy en día se encuentra fijo el Paddock del circuito urbano de Fórmula 1. Bakú acoge el Gran Premio de Azerbaiyán desde la temporada 2017.

Diseñado por el arquitecto Hermann Tilke tiene una longitud de 6,003 kilómetros y se define por sus curvas lentas. El recorrido pasa por la Plaza de la Libertad, la Avenida Neftchilar, parte de la Casa de Gobierno y la Torre de la Doncella. Aunque se había celebrado a principios de año, en el momento de nuestra visita a la ciudad, en noviembre, aún se podía ver la delimitación del trazado pintada en la calzada.

A partir de aquí entramos ya en el ensanche, pero lo veremos en la próxima entrada.