Pensar en Escocia es visualizar naturaleza, sin duda. Pero si por algo es conocido el país, es por los castillos. Los hay que se conservan en ruinas, otros que se han reconstruido; algunos pertenecen a Patrimonio y suponen unos buenos ingresos, otros que siguen siendo privados; tenemos los que son residencia de verano de la Familia Real… Hay castillos de todo tipo, desde pequeñas fortificaciones a enormes ciudadelas; desde los más céntricos a los más alejados e inaccesibles; todos tienen su historia, su leyenda misteriosa.
Es imposible visitarlos todos, por supuesto, ya que hay más de 1.000 en toda la geografía escocesa. Y no son ni una tercera parte de los que llegó a haber en pie. Y es que Escocia ha tenido que defenderse a lo largo de los siglos dado a su enclave geográfico y a sus enemigos que intentaban conquistarles continuamente. Como consecuencia, es un país con un recuento superior de castillos que otros territorios vecinos.
Así pues, gracias a este pasado tan conflictivo, hoy en día tenemos una gran variedad de fortalezas con las que conocer datos de la historia de Escocia mientras disfrutamos de las vistas que nos ofrecen.
Castillo de Edimburgo
Erigido sobre una escarpada colina volcánica, es el castillo más grande del país, y el más visitado, no solo como castillo, sino como monumento. Alberga las Joyas de la Corona, la Piedra del Destino, el cañón de Mons Meg y la capilla de Santa Margarita.
Su imponente perfil domina el horizonte de Edimburgo convirtiéndose en el símbolo de la capital. Se comenzó a levantar a finales del siglo XI con fines defensivos y fue extendiéndose a lo largo de los siglos, incluso llegando hasta el XX. Permite conocer cómo ha ido evolucionando la ciudad y el país. Su posición estratégica hace que se obtengan unas estupendas vistas panorámicas de la ciudad (si las nubes o la niebla lo permiten).
Es caro, por lo que es recomendable comprar el Explorer Pass si se piensa visitar algún que otro momumento que esté incluido. Es muy recomendable, si se habla inglés, seguir a las guías gratuitas que recorren el castillo y van explicando cada uno de los edificios.
Castillo de Glamis
Es uno de los castillos escoceses más famosos de Escocia. Y lo es por varios motivos. Por un lado, por ser donde se crió la Reina Madre. Por otro, por aparecer en el Macbeth de Shakespeare. Pero además, es que tiene la fama de ser el castillo más hechizado del país y está envuelto en todo tipo de leyendas e historias de fantasmas.
Fue construido a finales del siglo XI en arenisca roca y con una torre de planta en L. Cuenta con unas impresionantes almenas y puntiagudos torreones que le dotan de un carácter señorial. Se puede visitar, aunque no pertenece a Patrimonio, sino a los Condes de Strathmore, por lo que no está incluido en el Explorer Pass. Podemos elegir entre dos tipos de entrada: una que solo incluye los maravillosos y amplios jardines que rodean la residencia, y otra que combina los jardines y el castillo. Nosotros como no contábamos con mucho tiempo, preferimos pasear por sus alrededores.
Castillo de Dunnottar
Es uno de los más bonitos de todos los que visitamos. Incluso sin visitarlo por dentro. Su enclave estratégico sobre un acantilado le da un carácter especial, dramático, imponente, siempre azotado por el viento y las olas del Mar del Norte. Se podría considerar inexpugnable, el castillo perfecto desde el punto defensivo gracias a su emplazamiento en un promontorio rocoso a 50 metros sobre el mar. No es de extrañar que por eso fuera elegido para esconder las Joyas de la Corona.
El Castillo de Dunnottar ha sido testigo de muchos momentos clave de la historia del país. Situado en Stonehaven, al este de la costa de Escocia, jugó un papel decisivo durante la invasión inglesa y acogió a notables personajes como William Wallace o María Estuardo. Hoy en día está en ruinas, pero hay algunas estancias que se conservan bastante bien. Se puede visitar, aunque no entra en el Explorer Pass.
A Pixar le sirvió de inspiración para su película Brave. No es de extrañar, es impresionante. Y al atardecer, más aún.
Castillo de Huntly
Este castillo incluido en el Explorer Pass perteneció al clan Gordon, una de las familias más acaudaladas de Escocia. Y la familia quiso demostrar ese poderío económico con este edificio medieval impresionante.
Consta de tres fortificaciones. El primer castillo (Motte) lo mandaron construir los condes de Fife a finales del siglo XII. Sin embargo, no tiene nada que ver a lo que vemos hoy en día, o podemos intuir, ya que estaba hecho de madera y se levantaba sobre una colina artificial para controlar el paso fronterizo por el río Deveron. Se le dio el nombre de Palacio de Strathbogie.
Se levantó en los terrenos que les había dado Guillermo I en compensación por su ayuda en el campo de batalla. Históricamente tuvo su importancia puesto que sirvió a Robert I como aposentos durante las Guerras de la Independencia de Escocia en 1307. En 1314 cambió de manos, Robert the Bruce le concedió el castillo a Sir Adam Gordon de Huntly por su apoyo en la batalla de Bannockburn. La familia propietaria de Strathbogie apoyaba al bando vencido, por lo que digamos que fue un expolio.
El segundo castillo se comenzó a construir alrededor del 1400. Se realizó una reforma total levantando una torre de planta en L donde se encontraría la parte residencial distribuida en 5 plantas. En el patio central estaría la cuadra y algunas salas secundarias. Sin embargo, esta remodelación quedó destruida en 1594 por el conde de Moray en las batallas entre Jacobo II y el clan Douglas.
El palacio le debe su construcción a George Gordon, cuarto conde de Huntly, que, tras visitar Francia, quiso tener un edificio que copiara la arquitectura que allí se llevaba a cabo. Fue saqueado y dañado tras la derrota de la batalla de Corrichie en 1562. Por fin fue finalizado en 1606. En 1640 se hicieron obras, pero sirvieron de poco porque en 1647 durante la Revolución Inglesa fue saqueado y cayó en ruina con la decapitación del marqués.
Lleva en ruinas desde el siglo XVIII, pero es interesante de visitar, pues se mantienen las divisiones de las diferentes salas y tiene paneles informativos que nos explican para qué se dedicaban las diferentes estancias, si eran dormitorios, salas de estar o donde se celebraban grandes banquetes.
Castillo de Ardvreck
Es el castillo más pequeño de todos los que visitamos, apenas un torreón. Sin embargo, su enclave en una pequeña península (o isla) en medio de un lago merece la pena la parada. Se encuentra a campo abierto (es gratuito) y hay un pequeño aparcamiento cerca, no hay mucha más indicación ni encontraréis mucha gente.
Cuenta la leyenda que en sus ruinas viven dos fantasmas. Cómo no.
Cerca podemos visitar la Calda House, también en ruinas, que fue la residencia de los MacKenzie desde 1672. Fue saqueada y quemada diez años después cuando fue vendida al conde de Sutherland. La mayoría de las piedras se utilizaron para construir otros edificios de la zona.
Castillo de Urquhart
A orillas del famoso Loch Ness nos encontramos con este impresionante castillo en ruinas. Uno de los más emblemáticos y visitados de Escocia, data del siglo XIII y jugó un importante papel en la Guerra de Independencia del siglo XIV capitaneada por William Wallace. En 1692 quedó destruido parcialmente por los ingleses para impedir que los jacobitas se hicieran con él.
Desde entonces se encuentra en ruinas, pero está muy bien acondicionado e indicado, además, cuenta con un centro de visitantes en el que se expone un vídeo así como una maqueta y diversa información. Pertenece a Patrimonio y por tanto, entra en el Explorer Pass.
Castillo de Eliean Donan
Este castillo medieval situado en una pequeña isla sobre el Loch Duich se une a tierra por un viejo y estrecho puente llamado Kyle of Lochalsh. Es muy fotogénico y su silueta sobre el lago es impresionante, de postal.
Se trata de un lugar plagado de belleza, historia y leyendas y que ha servido de escenario para películas como Los Inmortales, Braveheart o El Mundo nunca es suficiente.
No lo visitamos por dentro porque está reconstruido a principios del siglo pasado y al parecer ha perdido su esencia original. Pertenece al Clan McRae y no está incluido en el Explorer Pass. Nos contentamos con observarlo desde la orilla del lago y desde el mirador que hay en una montaña cercana.
Castillo de Dunvegan
Situado en la Isla de Skye, se encuentra a orillas de un lago que le dio nombre. Tiene el honor de ser la fortaleza más antigua que ha sido habitada de continuo, algo no muy común debido los frecuentes conflictos que ocurrieron a lo largo de la historia de Escocia. Pertenece al clan MacLeod desde tiempos medievales y se puede visitar (y pasar noche) tanto el castillo como sus jardines. Incluso se puede contratar un paseo en barco que sale desde el embarcadero.
Su mayor reclamo es la Fairy Flag, una bandera de seda que protegía a los Señores de las islas. Hoy en día lo que queda es un retal deteriorado, pero se sigue venerando porque se cree que tiene poderes milagrosos.
Castillo Donald
Fue diseñado por el arquitecto James Gillespie Graham y construido en 1815. Anteriormente había una mansión de 1790. La mayor parte de la mansión original quedó destruida en un incendio en el año 1855 y se sustituyó por un edificio diseñado por David Bryce. El Lord Macdonald y su familia dejaron el castillo en la década de los 20 del siglo pasado y como consecuencia el castillo quedó a merced de los elementos. En los años 80 se estabilizaron las ruinas para que no terminaran de caerse. Hoy en día es difícil llegar a imaginarse lo que fue en su día, tan solo se conserva la fachada.
En el recinto está el Museo de las islas, un edificio que tiene seis galerías de exhibiciones e interpretaciones que nos acerca a los 1500 años de historia y cultura de este área conocida como el Reino de las Islas. Asimismo, acoge una biblioteca, con más de 7000 libros y diversas colecciones donde se puede investigar sobre el árbol genealógico si sospechas que tienes ancestros de Skye o de los MacDonalds.
Hay una exposición muy interesante sobre los clanes y la cultura de las Tierras Altas, las guerras con los ingleses y la devastación que supuso la batalla de Culloden. También sobre lo que supuso la emigración de aquellos escoceses que se quedaron sin opciones en su país y marcharon hacia América u Oceanía.
No entra en el Explorer Pass y el castillo en sí no merece mucho la pena, pero el centro de visitantes es muy interesante para aproximarse a la cultura de clanes escocesa.
Castillo de Dunstaffnage
Es un castillo del siglo XIII que se erige en un promontorio al sudoeste de la entrada al Loch Etive. Su situación es estratégica, ya que está bordeado en tres de sus lados por el mar. Algo que les venía muy bien para traer mercancías , aunque también tenía su punto negativo, y es que había que protegerse de los noruegos. Es uno de los castillos construidos en piedra más antiguos de Escocia. Y aunque fue abandonado tras un incendio que dejó arrasado el interior, se reconstruyó y hoy en día se puede visitar.
El castillo fue construido por los señores MacDougall de Lorn y desde el siglo XV ha pertenecido al Clan Campbell. Los Campbell fueron aliados de la casa real, y Dunstaffnage sirvió como base de expediciones del gobierno en los siglos XV y XVI contra, entre otros, el clan MacDonald. Fue escenario de la Guerra Civil en varios episodios. En 1685 fue incendiado como causa de un levantamiento contra Jacobo VII, y más tarde, en los levantamientos jacobitas de 1715 y 1745, pasó a manos del gobierno. También sirvió de prisión temporal antes de ser llevada a Londres para Flora MacDonald, que ayudó al príncipe Carlos a escapar de Escocia. Aunque los Campbell construyeron una nueva casa sobre la parte antigua del oeste en 1725, el resto ya había quedado devastado. La zona nueva levantada sobre la antigua torre oeste pasó a ser la casa del guarda.
Ya en 1908, el noveno duque de Argyll, dueño del castillo, comenzó un trabajo de restauración que nunca se finalizó. Las obras se retrasaron con la llegada de la I Guerra Mundial y luego ya no se continuó con los planes originales porque la dejadez hizo que el tejado de la parte nueva se derrumbara. El 1958 el dueño cedió el castillo al estado y desde entonces pertenece a Historic Scotland, de ahí que esté incluido en el Explorer Pass.
Frente al castillo hay una arcada que nos adentra en el bosque y nos lleva a la Capilla.
El edificio, que data del siglo XIII, fue construido como capilla privada por Duncan MacDougall. En su época fue una de las mejores que había en todo el país. Hoy apenas se mantienen en pie sus muros y no queda resto de su tejado de madera. Lleva en ruinas desde 1740.
Castillo Stalker
Es uno de los castillos medievales mejor conservados de los que quedan en Escocia. Fue construido en 1320, pero quedó abandonado en 1820. En 1965 fue adquirido por un particular que lo restauró. La particularidad de este castillo reside en que sólo se puede llegar a él con la marea baja, ya que está en un islote en medio del Loch Laich. Además, cuando queda rodeado por la bruma, tiene un toque más interesante aún.
Realmente, parece una torre en ruinas sin más, pero no hay que dejarse engañar. No en vano es uno de los castillos más fotografiados de Escocia. Aunque quizá también por haber sido el lugar de rodaje de Los caballeros de la mesa cuadrada.
Castillo de Doune
Se trata de una fortaleza medieval situada en una de las curvas del río Teith, rodeado por un espeso bosque.
Es famoso por ser lugar de rodaje de Los caballeros de la mesa cuadrada de los Monty Pyton, pero desde hace unos años lo es más aún ya que se convirtió en el castillo de la familia Stark en Invernalia en la serie Juego de Tonos. También en él se ha rodado la serie Outlander.
Se construyó en el siglo XIII como residencia del Duque de Albany. Posteriormente fue bastión de los Estuardo hasta que en el siglo XVIII se quedó prácticamente derruido. A finales del XVI fue escenario de guerras y funcionó como prisión durante las guerras jacobitas. Tras quedar en ruinas se comenzó una tarea de restauración y finalmente en el siglo XX pasó a manos del gobierno. Así pues, entra dentro del Explorer Pass y en la entrada se incluye una audioguía para que te acompañe en la visita.
Castillo de Stirling
El Castillo de Stirling se levanta sobre un antiguo volcán extinto, en un entorno menos urbano que el de Edimburgo. Desde su posición se controla el acceso a las Highlands, se puede ver toda la llanura de la ciudad, el famoso puente e incluso el imponente Monumento a William Wallace.
Es una parte importante de la herencia escocesa. Está lleno de historia, por un lado porque fue testigo de las diferentes batallas que tuvieron lugar en su colina. Además, fue protagonista de la Primera Guerra de Independencia de Escocia, que se inició con la invasión de las tropas de Eduardo I. Cuando los ingleses se hicieron con la Piedra del Destino y se la llevaron a la Abadía de Westminster, se inició una revuelta popular escocesa comandada por William Wallace. La última batalla que vivió fue la defensa ante el ataque jacobita en 1746. Por otro lado, el castillo fue el lugar en el que se han coronado muchos reyes y reinas de Escocia, entre ellos María I de Escocia en 1542. Además, algunos de los reyes escoceses, como James III, nacieron en el castillo.
Entra dentro del Explorer Pass y es el segundo castillo más visitado del país, por detrás del de Edimburgo. Lo que podemos ver hoy en día es el trabajo de restauración que le ha devuelto la grandeza y encanto del siglo XIV. Pero está muy bien acondicionado y hace que la visita sea muy interesante, didáctica y lúdica.
Esta lista es solo una pequeña muestra de lo que se puede visitar. El mapa de Escocia está salpicado de numerosos castillos. Son algo tan característico del paisaje escocés que hay mucho donde elegir. Estés donde estés, siempre habrá alguno cerca. Solo has de hacer tu propia selección.
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