Pues sí, me caso. Cuando lo dices, la gente te da la enhorabuena, y todavía es algo que no entiendo porque supone una vorágine de papeleo, trámites y planteamientos que vuelven a una loca.
Cuando llevas muchos años de relación de pareja, has dado el paso de comprarte una casa y casarte con el banco, parece que ya lo de casarse no tiene sentido, o que hacerlo ahora, es ir contracorriente. En nuestro caso no se trata ni de un paso más, ni de una formalización, ni tiene un aspecto idílico. Tal y como está la ley hoy en día, tiene más beneficios fiscales (alguno más, al menos) el estar casado. Desde poder hacer una declaración de la renta conjunta, hasta pensiones de viudedad, pasando por permisos laborales en casos de ingresos de tu pareja o su familia directa. Aún no entiendo para qué se crearon las parejas de hecho si no se les considera como unidad familiar. Pero ese es otro tema.
El caso es que cuando nos fuimos a vivir juntos y nos casamos con el banco, sabíamos que llegaría el momento en que firmaríamos el contrato y comenzamos a informarnos. Y ahí ya llega el momento en que te empiezas a desesperar como no te lo tomes con paciencia. Cuando algún amigo o conocido te dice que se casa por la iglesia, generalmente lo que te llega es «me caso tal día y antes tengo que hacer el curso prematrimonial». Hay más detalles, claro, pero en cuanto a por dónde empezar, parece que ese es el inicio, que uno va a la iglesia y le dice al cura que se quiere casar y éste le abre la agenda y le da a elegir. Nadie te habla de burocracia o será que no he prestado atención. Como no lo he vivido en mis carnes, no puedo aportar gran cosa, me centraré en la civil, que es la que conozco, y aún así, dudo que en todas las ciudades sea igual.
Lo primero que te preguntas es ¿por dónde empiezo? ¿Voy al ayuntamiento? Por suerte, cuando estábamos planteando el comenzar los trámites, una vecina de mi tía estaba en pleno proceso y en una reunión familiar nos habló de que había ido al registro civil. Al poco tiempo también una amiga decidió casarse y me sirvió de fuente de información. Pero ella vive en Madrid y es más directo puesto que vas al Registro Central de Pradillo. En mi caso, al ser Leganés, como las cosas de palacio, van despacio.
Nuestro periplo comenzó en diciembre 2013 solicitando el certificado de nacimiento de ambos en la página del Ministerio de Justicia. Te mandarán el certificado literal a casa, llega en apenas una semana y te mandan tantas copias como quieras. En principio sólo necesitas una, pero en caso de que vayas a repetir trámites (el expediente caduca al año) o la pudieras necesitar más adelante, no está de mal pedir dos. Hacia finales de mes, aprovechando que teníamos unos días de vacaciones, nos plantamos en el Registro Civil de Leganés a ver qué nos pedían y cómo íbamos de tempos para planificarnos.
Y ahí la realidad te golpea y eres consciente de lo lenta que va la burocracia en este país. Si pensábamos casarnos en primavera y zanjarlo a la brevedad, nos quitaron la idea de la mente en cuestión de segundos. Después de esperar una hora porque de tres ventanillas sólo atendía una, nos toca y nos comentan que esto no es llevar documentación e ir otro día a por el expediente. Nooooooo, vas un día, llevas la documentación, te la cotejan y te dan fecha para que la vuelvas a llevar MESES más tarde, junto con un testigo y entonces sí que te la recogen y comienzan a tramitarlo. Así pues, nos encontramos a finales de diciembre de 2013 y nos piden la siguiente documentación (ojo, esto en caso de que ambos contrayentes sean de nacionalidad española, si no, cambia un poco):
– El certificado que os comentaba
– Fotocopia de DNI de los contrayentes (y los originales)
– Certificado de empadronamiento de los dos en el que conste la residencia de los dos últimos años.
– Además, allí, deberás firmar la declaración jurada de soltería. Que digo yo que adelantaríamos mucho si cruzasen datos entre los diferentes organismos oficiales (Hacienda, censo municipal, Seguridad Social…). Porque además, una hoja en la que dices que eres soltero sin comprobación alguna, me parece una soberana estupidez. Pero qué sé yo de leyes.
La amable funcionaria (no va con ironía, lo era) al comentarle que ya teníamos lo más complicado, el certificado de nacimiento, y considerando que el empadronamiento lo podíamos conseguir en el momento en el edificio de al lado, nos recomendó ir a casa a por toda la documentación y volver en el mismo día a entregarlo, porque ya estaban citando para finales de mayo de 2014. CASI SEIS MESES DESPUÉS. Así, que, a la carrera, a casa a por el certificado, hacer fotocopias de los DNIs, y a solicitar el certificado de empadronamiento. Vuelve al Registro, saca número, y cruza los dedos para que no te dé la hora límite (13:30) en la que cortan y se van a casa, tengas el número que tengas.
Tuvimos suerte y pudimos ser atendidos. Nos comprobaron la documentación, rellenamos la declaración de soltería y nos volvieron a citar para el 26 de mayo de 2014 con un testigo (puede ser familia, al menos en Leganés, al parecer en otras poblaciones, no). Así que a marcar el día en la agenda con hora y todo, esta vez sin número, y una anotación que nos recordase que para ese día tendríamos que pasar de nuevo por el ayuntamiento a pedir otro padrón, porque caduca a los 3 meses.
Y allá que volvimos meses más tarde. Recuperamos los papeles casi olvidados, solicitamos de nuevo el certificado de empadronamiento y entregamos la documentación. Mientras el funcionario la cotejaba, nos dio un pliego para que lo rellenáramos y así poder actualizar el censo.
Además, has de completar una hoja en la que solicitas que te dejen casarte. Cuando le entregas estos dos papeles, comienza un paripé. El funcionario te lee una serie de preguntas, que da igual si dices sí o no, ya se sabe lo que tiene que poner y lo completa. Básicamente te pregunta si eres familia del otro contrayente, si vas coaccionado, si vas de libre voluntad… Se lee lo mismo 3 veces, a los dos contrayentes y al testigo, quien tendrá que asegurar que conoce a la pareja, la relación que les une a ellos y confirmar que no son familia y que se casan porque quieren.
También nos consultaron si nos queríamos casar en juzgado o ayuntamiento. La verdad, nos daba igual, pero en el juzgado sólo casan los jueves y dos bodas, mientras que en el ayuntamiento había la opción de 3 cada viernes y otras 3 los segundos y cuartos sábados de cada mes. Así que como queríamos más celeridad, decidimos descartar el juzgado. Con esto, te puedes ir a tu casa con la referencia del expediente (en un papel más pequeño que el ticket de un aparcamiento) y a esperar. Pero con calma. Con calma porque el expediente se va de peregrinación. En Leganés un funcionario comprueba los documentos presentados, la declaración y lo manda al Registro Central de Pradillo. Allí, pasa por la fiscalía donde verifican de nuevo, y si te dan el ok, abren el expediente. Cuando ya se tiene expediente, lo mandan de nuevo a Leganés, donde un funcionario abre auto e indica si no hay obstáculo que permita contraer matrimonio. Además, expiden una hoja de datos para presentar en el ayuntamiento correspondiente.
Pues bien, este acto estaba fechado a 8 de julio de 2014 y la hoja de datos a 3 de octubre. ¿Es una peregrinación o no? En octubre nos llamaron para recoger dicho acto y hoja de datos para posteriormente acudir al consistorio. Puede ir cualquiera de los dos, ya que en la última cita firmas una hoja en la que cada uno autoriza al otro a recoger la documentación. Este paso fue el más sencillo, puesto que en el ayuntamiento fue llegar, entregar la hoja, fotocopia del DNI de los contrayentes y solicitar día y hora. También nos hacía falta la fotocopia de DNI de los dos testigos (que no puede ser el que haya sido en el Registro), pero se puede entregar más adelante, por si no lo tienes claro. Y ahora sí, te puedes ir a casa y esperar a la boda.
Así que, burocracia y más burocracia. Casi un año para tres tonterías. Si el primer día te dijeran que llevaras un testigo, se podría dejar todo relleno y medio solucionado y sólo esperar a que devuelvan el expediente. No sé si yendo directamente a Pradillo habríamos recortado los tempos, porque estamos empadronados en otro municipio. Quizá sí, lo mismo en julio habríamos tenido el expediente y luego llevarlo directamente al ayuntamiento. En cualquier caso, nos llevó 10 meses sólo el trámite de apertura de expediente. Y a partir de ahí, a la carrera con los preparativos de la boda en sí. Porque esa eso otra, el expediente, firmado en mayo cuando abrieron el expediente, tiene validez de un año, es decir, que si fuimos en mayo 2014 y nos hubiéramos querido casar en junio 2015, no habríamos podido, sino que habría que empezar todo el proceso de nuevo. Vamos, todo muy sencillo. No es como en las películas americanas en las que se plantan en el juzgado, pagan 50$ por el certificado y en 10 minutos estás casado. Con estos pasos casi te da tiempo a separarte. Eso sí, todo gratuito (salvo las fotocopias que tienes que presentar). Al menos en nuestro caso, si vas a un ayuntamiento en el que no estás empadronado, te toca pagar.
En fin, que si os queréis casar por lo civil y queréis celebrarlo con toda la parafernalia, os recomiendo que en el momento en que empecéis a mover papeles, os planteéis buscar alianzas, adónde queréis viajar, el salón, los vestidos, las flores y demás historias.
Debe estar conectado para enviar un comentario.