Desde su estreno en 2017, La Maravillosa Sra. Maisel, ha sido un enorme éxito acumulando un buen número de nominaciones, más de cuarenta premios (entre ellos Emmy y Globos de Oro) y buenas críticas. No es de extrañar, ya que conquista desde el primer episodio.
La serie nos traslada al Manhattan de 1958. Miriam «Midge» Maisel es una joven ama de casa de la alta sociedad judía estadounidense que ha conseguido todo a lo que una mujer de la época podría aspirar: está casada con un buen marido con el que tiene dos hijos, vive en un fantástico apartamento en el Upper West Side en el que tiene un inmenso vestidor con ropa adecuada para cada tipo de evento y no tiene que trabajar. Sin embargo una noche el mundo de la protagonista se desmorona. Midge acompaña a su esposo Joel a su actuación semanal en el Gaslight Cafe, donde este prueba suerte como monologista. El pase sin embargo no termina de funcionar entre el público y ella, para animarle, le propone un par de cambios en el texto. Estas sugerencias no obstante no hacen más que frustrar a su marido, quien proyecta su decepción sobre ella y le comunica que se marcha con su secretaria, con quien está teniendo una aventura.
Desolada y descolada, intentando comprender cómo se ha desmoronado su perfecta vida cuando ha cumplido con todo lo que se esperaba de ella, acaba emborrachándose y volviendo al local, donde, antes de darse cuenta y con toda la furia que lleva dentro, está aireando su historia. La cuestión es que lo que nace como una forma de desahogo, de exponer en voz alta la mierda de noche que lleva, acaba convirtiéndose en un monólogo que, a diferencia del de su marido, arrasa entre el público. Midge descubre entonces que no sólo tiene madera de cómica, sino que además ha disfrutado con la experiencia. Así, cuando Susie Myerson se ofrece como representante, decide explorar esta faceta comenzando una aventura por los clubs de comedia del Downtown.
A lo largo de 5 temporadas La Maravillosa Sra. Maisel nos sumerge en el proceso de liberación de una mujer que hasta ahora no se había planteado qué quería ser en la vida, ya que la sociedad le había reservado el lugar de esposa, madre y ama de casa. Acompañamos a una Midge que navega entre el dolor por el abandono de su marido y su emoción por abrirse camino en el mundo de la comedia. Sin embargo, este sufrimiento poco a poco va quedándose en el camino a medida que persigue su sueño de emancipación y se centra en su vida como cómica.
No lo tendrá fácil, claro, pues a pesar de que es inteligente y tener un ácido sentido del humor, el mundo de la comedia no deja de ser, como todos los demás, un mundo dominado por los hombres. Ella afronta los reveses con optimismo, buena voluntad y mucha elegancia, pero con el tiempo también será consciente de que sus aspiraciones profesionales no solo la afectan a ella, sino también a los que la rodean.
La serie se resiente en su tercera temporada. Entiendo que después de las dos primeras centradas en la Nueva York de finales de los 50 la trama tenía que avanzar cambiando a la protagonista de escenario. Y aunque sigue habiendo una magnífica reconstrucción histórica, no termina de funcionar porque se enreda en numerosas tramas secundarias. Al poner el foco en las reivindicaciones de los años 60, los conflictos de Midge se quedan sin oxígeno, se disuelven entre habitaciones y escenarios de hotel de la gira de Shy Baldwin. Y es que Midge como mujer blanca de clase privilegiada no puede ser la abanderada de la lucha de los derechos civiles de negros y homosexuales. Por mucho que comparta espacio con ellos. Y menos cuando ella ni siquiera parece consciente de sus privilegios en sus conversaciones con Susie.
Por suerte, La Maravillosa Sra. Maisel corrige su rumbo en la cuarta temporada regresando a Nueva York y a los locales del Village en los que la policía intervenía a la mínima que el contenido fuera un poco inapropiado y el cómico acababa pasando la noche en comisaría. En crisis, sin dinero, con muchos gastos y poco reconocimiento, Midge se ve de nuevo haciendo bolos como en la primera temporada. Esta vez sin embargo ya no es la misma. Ha pasado tiempo y ha tenido que lidiar con unos pocos problemas, pero lo que tiene claro es que quiere dedicarse a la comedia. Tiene un propósito, la experiencia y el talento, así que vuelve dispuesta a hacerse un hueco en los carteles de los clubes. Se acabó la época de ser telonera o relegada a un segundo plano a la espera de si hay que rellenar tiempo porque alguno de los cómicos ha fallado.
Sin embargo, ni con esas termina de despegar. Midge siempre tiene la sensación de dar dos pasos adelante y después dos para atrás. Por mucho que conquiste a los espectadores, al final los dueños de locales, que son quienes eligen a los cómicos, le cierran todas las puertas. Pero hay esperanza, pues la quinta temporada nos muestra con un salto temporal que finalmente triunfó. Con este cambio narrativo en que la historia va adelante y atrás en el tiempo la serie insufla un soplo de aire fresco, pues nos avanza que tenemos una meta, que todos los sacrificios y rechazos justifican el viaje y elimina de la ecuación tramas insustanciales.
En la línea temporal del presente la protagonista sigue probando suerte en los locales nocturnos, pero empieza a trabajar además como guionista en The Gordon Ford Show, un Late show con una gran audiencia. Y aunque en principio es un trabajo muy diferente al de los monólogos, la esperanza es darse a conocer, que reconozcan su talento y algún día tener un hueco también ante las cámaras. Pero la cuestión es que a Midge, como siempre, le cuesta hacerse escuchar en un entorno de hombres y que estos tomen en serio sus textos para incorporarlos al guion. Además, el presentador tiene la regla de que ningún guionista será además cómico en su programa, por lo que parece que las intenciones de la Sra. Maisel no van a ningún lado.
Pero sabemos que sí, porque en la línea futura vemos cómo es una mujer de éxito y cómo ha evolucionado su entorno. Descubrimos en qué se han convertido sus hijos y cómo se relacionan entre ellos. Y, ¿Cómo consiguió entonces Midge su gran oportunidad? Pues de la misma manera que había hecho siempre: dando el paso y ocupando el espacio donde supuestamente no tendría que estar. Aprovecha una rendija para abrir la puerta de par en par y hacer un monólogo de cuatro minutos que la convertirán para siempre en «la magnífica, la mágica, la maravillosa Sra. Maisel».
La Maravillosa Sra. Maisel es una comedia dramática que brilla con luz propia. Hace reír, conmueve, inspira y cautiva gracias a su originalidad, a lo cuidado de su vestuario y fotografía, a la agudeza y rapidez en sus guiones (recomiendo verla en VO), a un afilado sentido del humor y a un poco de situaciones absurdas. Y aunque su eje central es el viaje de su protagonista desde el papel de la perfecta esposa de la alta sociedad neoyorquina hasta el de la exitosa e independiente cómica en la serie pasan muchas más cosas. La Maravillosa Sra. Maisel es esta historia de emancipación de Midge, pero también es una comedia de enredos familiar.
Por ello, aunque lógicamente el peso recae en el personaje que interpreta magistralmente Rachel Brosnahan, también son importantes la corte de secundarios que la acompañan. Destacan por supuesto sus conservadores padres, el exigente e intelectual Abe (Tony Shalhoub) y la elegante y superficial Rose (Marin Hinkle); su infiel ex-marido Joel (Michael Zegen); sus alocados suegros Moishe y Shirley (Kevin Pollak y Caroline Aaron) y su irreverente y malhablada amiga y representante Susie (Alex Borstein). Y aunque quien más quien menos tiene sus estereotipos, lo cierto es que están muy bien dibujados (e interpretados), por lo que aportan profundidad y complejidad a la historia.
A la vez, hacen que la serie sea más liviana y divertida, especialmente en las escenas que ocurren en casa de los padres de Midge o cada vez que aparecen los suegros. El sumum es cuando se unen los Weissman con los Maisel la mezcla es explosiva. Dan para spin-off. Y es que la serie toma situaciones cotidianas de la vida que magnifica y estereotipa para crear momentos frenéticos, absurdos y, sobre todo, hilarantes.
Cabe mencionar otro personaje más, el del referente constante en la carrera de Midge, aquel que supo ver y valorar su talento y potencial desde el momento en que se conocieron: Lenny Bruce. Este cómico interpretado por Luke Kirby fue toda una leyenda en su época, aunque su carrera no fue tan brillante como la de la protagonista, ya que acabó muriendo de sobredosis en 1966. Aquí funciona como padrino de Midge, aquel que le da otra perspectiva cuando está desanimada, quien la aconseja en sus inicios y quien la inspira para su gran paso.
También hay un pequeño romance entre ambos, pero la serie elimina la comedia romántica de la ecuación. Sí que es cierto que Midge prueba suerte con varias parejas tras separarse de Joel, pero no son más importantes en su vida que la comedia. Si hay una historia de amor en La Maravillosa Sra. Maisel es sin duda la que de Midge y Susie. Su relación arranca de forma fortuita y con una Susie remarcando en todo momento que no son amigas y que no tienen nada en común, pero poco a poco el lazo se va estrechando. Y aunque pasan por un período de separación, consiguen recomponer su amistad de nuevo. Incluso mantenerla en el tiempo y estando a miles de kilómetros una de la otra.
La Maravillosa Sra. Maisel, con su capacidad para reinventarse y sorprender, mantiene su estilo, vitalidad, hilaridad y ritmo hasta el final, despidiéndose con un magnífico cierre que hace honor a sus personajes. Esta maravillosa serie demuestra que es uno de los mejores ejemplos de un tipo de comedia que parece haber desaparecido: una punzante, ingeniosa e inteligente, plagada de diálogos rapidísimos a juego con unas escenas en la que los personajes no paran de moverse por el espacio, con gente que entra, otra que se va, conversaciones paralelas entre todos los intervinientes… Y todo ello con una espectacular reconstrucción de la época, una música que acompaña a todo momento y un cuidado vestuario digno de pasarela (tanto que la propia diseñadora Donna Zakowska ha publicado un libro –Madly Marvelous: The Costumes of The Marvelous Mrs. Maisel- en el que recopila bocetos, fuentes de inspiración y creaciones de la serie). Sin duda pasa a mi lista de series favoritas y altamente recomendadas.
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