Escocia ofrece todo tipo de puntos de interés; desde interesantes ciudades con históricas fortificaciones hasta escarpados acantilados, interminables playas, colosales montañas y misteriosos lagos. Por supuesto, no hay que olvidar los campos de batallas o los restos prehistóricos. Hay mucho que ver, y la elección dependerá de cada viajero y sus preferencias. En nuestro caso, queríamos un poco de todo: algo de ciudad, mucho de verde, un poco de historia, retazos de cultura… Quizá lo único que se quedaba fuera era el golf.
Con esta premisa, configurar un itinerario en el que intentar aunar todo, no es tarea fácil. Había que concentrar mucho en un par de semanas. Como ya comenté al inicio del relato, escribí a VisitScotland para saber por dónde empezar. Tras leer la información, lo primero que descartamos fueron las islas. Era imposible abarcar tanto. Nos quedábamos con la parte peninsular. Después, una vez elegido aeropuerto de entrada y salida, todo apuntó a la parte norte, dejando las Tierras Bajas para otro momento.
Partiendo de Edimburgo, con una ruta circular y contando con 13/14 días, empezamos marcando en el mapa puntos para ver y salen demasiados para verlos todos. Imposible por la climatología y las carreteras. Y aún así, in situ hubo que saltarse algunas paradas por ausencia de tiempo o reconfigurar el día por los horarios de visitas o la falta de luz. Aunque lo cierto es que en general cumplimos con la planificación inicial.
En Edimburgo no cambiamos mucho la planificación, sí que intentamos concentrar más cosas en el primer día por la previsión de lluvia para el segundo. Pero pese a los pequeños ajustes, conseguimos ver tanto la ciudad nueva como la vieja, así como el Castillo y ambas colinas.
En nuestro primer día de ruta (tercero de viaje) teníamos previsto Edimburgo – Aberdeen parando en Saint Andrews, Dundee, Glamis Castle y Dunnottar Castle. Tuvimos que dejar fuera Dundee, pues según íbamos cruzando el puente, y valorando los horarios de los castillos, decidimos que había que sacrificar algo. Y aún así llegamos a Stonehaven casi a la hora de cierre y no entramos al castillo. Sin embargo, sí que dimos un paseo por Aberdeen, aligerando así el siguiente día.
Aunque Glamis Castle resulta interesante, lo ideal habría sido: Edimburgo – Saint Andrews – Stonehaven – Dunnotar Castle – Aberdeen.
Pero bueno, como mi hermano se fue a vivir a Aberdeen, quizá nos espere una visita pronto y podamos resarcirnos. Así quedaría con la modificación:
El cuarto día teníamos previsto Aberdeen – Inverness con paradas en Huntly Castle, Destilería, Keith, Elgin, Cawdor Castle, Fort George y Culloden Battlefield. Demasiado para un mismo día, y eso que fuimos descartando. Comenzamos paseando por Old Aberdeen y visitamos el castillo por la mañana. Dedicamos la tarde a la destilería, pero para cuando quisimos llegar a Elgin y Fort George ya estaban cerrados. Keith fue una pérdida de tiempo, Cawdor Castle hubo que descartarlo y Culloden Battlefield directamente lo pospusimos porque no íbamos a ver nada ya casi al atardecer.
Así que, simplificaría el día de la siguiente manera:
El quinto día dejábamos Inverness para subir al norte, hasta Thurso. Las paradas del día eran Rogie Falls, Dornoch, Dunrobin Castle y los acantilados John O’Groats. Este día estaba bien ajustado, pues nos dio tiempo a todo. Eso sí quitando de la ecuación el Dunrobin Castle. A mi parecer, mucho más interesantes fueron las paradas en los acantilados que en un castillo que destacaba por sus jardines. Prefiero ver naturaleza abierta.
El sexto día seguimos en el norte y creo que no requiere de más ajustes que los que hicimos en ruta. Fuimos de Thurso a Durness parando en Melvich Bay, Fiordo de Eriboll y Smoo Cave. Seguimos la planificación del día salvo al final, que como no pudimos visitar la cueva, nos fuimos a descubrir rincones de Durness. Y de hecho, al tratarse de lugares al aire libre, aunque hubiéramos visitado la cueva, nos habría dado tiempo a darnos el paseo por la bahía y el pueblo.
Nuestro séptimo día vino en parte condicionado por los Highland Games en Durness, a partir de ahí, solo nos quedaba la tarde para llegar a nuestro destino en Ullapool. Sin embargo, era algo imprescindible, ya que era el único lugar en el que podríamos conocer este acontecimiento que se celebra en diferentes fechas por todo el país en verano. Como comenzaba a media mañana, aprovechamos a primera hora para probar suerte con Smoo Cave y a buscar la secret beach.
En principio teníamos previsto Balnakeil Bay, Ardvreck Castle y el Parque Natural de Knockan Crag. Pero Balnakeil quedó visto el día anterior, así que algo habíamos aligerado. El parque lo atravesamos sin más, no hubo que desviarse y Ullapool es un pueblecito pesquero pequeño por el que dimos un paseo pero que no nos llevó mucho tiempo. Así que la ruta quedaría así:
El octavo día volvíamos a Inverness con un día completito. Teníamos prevista la ruta circular por el Lago Ness, visitando Urquhart Castle y Fort Augustus. Sin embargo, dado que el cuarto día habíamos tenido que ajustar y se quedaron fuera Fort George y Culloden Battlefield, los incorporamos a esta jornada. Nos fuimos directos a Fort George desde Ullapool, después visitamos el campo de batalla, añadimos Clava Cairns y finalmente retomamos la planificación con el lago, el castillo y Fort Augustus, para finalizar en Inverness dando un corto paseo ya al atardecer bajo la lluvia intermitente.
Resultó ser un día agotador. Sin embargo, si lo volviera a hacer, dejaría fuera Fort George porque por muy importante que fuera en su momento, ni siquiera cumplió su función. Quizá hasta Culloden Battlefield, aunque es es un lugar muy señalado para la historia de Escocia. Ninguna de las dos paradas me resultó tan interesante como las Clava Cairns.
Eliminando una de estas dos visitas (o las dos), habría más tiempo para la naturaleza que nos ofrece el entorno del Lago Ness, así como un tranquilo paseo entre las ruinas del Urquhart Castle.
En nuestro noveno día de viaje, nos dirigimos hacia Skye. Si bien es cierto que habíamos dejado fuera las islas, parece que el acceso a esta región de las Hébridas Interiores parecía posible, así que ahí quedó en la planificación. Las paradas serían Dornie, Portree y Old Man of Storr. Ninguna pega a esta ruta, ya que tanto Dornie como Portree son pueblos pequeños, lo que realmente lleva su tiempo es la subida al Old Man of Storr. Sin duda uno de mis días favoritos. Fue exigente, pero si te gusta la naturaleza, es una caminata indispensable.
Además, como cuando terminamos la ruta nos quedaban horas de luz, adelantamos parte de lo previsto para el día siguiente subiendo hasta Uig y bajando por la costa parando en la cascada de Kilt Rock. Quedó rematado el día.
El décimo día era complicado, porque teníamos que estar en el ferry a última hora de la tarde. No es lo mismo la hora de llegada de un hotel que la de un transporte. Aunque si hubiéramos perdido el barco podríamos haber salido por el puente, tal y como entramos, sin embargo, nos habría supuesto muchos más kilómetros y tiempo. Tenía solución, pero mejor intentar cumplir con la previsión.
En principio la idea era Fairy Glen, Uig, Coral Beach, Dunvegan Castle, Neist Point Lighthouse y llegar a Armadale para coger el ferry a Mallaig. Con Uig ya visto, decidimos descartar también Fairy Glen. Seguro que es un paraje estupendo y totalmente místico, pero no daba tiempo. Y ya a las puertas del Dunvegan Castle también lo suprimimos porque preferíamos ver naturaleza, paisajes y acantilados antes que los restos de una bandera, con mucha historia, sí, pero hay que seleccionar y algo se tiene que quedar fuera.
Con estas exclusiones, quedó un día mucho más despejado, tranquilo y para disfrutar con calma. Incluso nos dio para descubrir en el camino Dun Beag Brog y entrar al castillo del Clan Donald.
El decimoprimer día sí que lo cambiamos totalmente porque no estaba bien organizado. La ruta era Mallaig – Oban pasando por Glenfinnan, Kinlochleven, Glencoe, Castle Stalker y Ardchattan Priory. Sin embargo, la noche anterior revisando la planificación, optamos por salir de Mallaig con tiempo de llegar a Glenfinnan a la hora del tren de vapor, después paseo por Fort William, recorrido de ida y vuelta por Glencoe, Dunstaffnage Castle y para finalizar Castle Stalker.
Quedaba un poco con idas y venidas, pero había que cuadrar horarios. En primer lugar por el tren, y después porque el Dunstaffnage Castle cerraba pronto. El Castle Stalker quedaba de camino, pero como está en una isla y solo lo íbamos a ver de lejos, pues pensamos que era mejor volver después del cierre del primer castillo y parar tranquilamente. Aunque lo cierto es que después no estuvimos mucho tiempo, porque empezó a chispear, así que lo justo para cuatro fotos.
En resumen, no estuvo mal del todo, pero creo que nos sobró Fort William, y ese tiempo ahorrado lo podríamos haber empleado en recorrer más tranquilamente, o más trecho, el Glencoe.
Oban quedó fuera porque cuando pasamos con el coche dirección a Dunstaffnage no nos pareció lo suficientemente interesante y ya llevábamos un día bastante cargado. Y lo que nos esperaba la jornada siguiente, más aún.
Esta es la ruta que recomiendo:
El decimosegundo día no tenía muchas paradas, pero sí que nos iban a llevar tiempo. Saldríamos del hotel, visitaríamos Balquidder, Loch Lommond, Doune Castle y Wallace Monument. Oban quedó totalmente obviado, como decía más arriba. Por lo demás, solo hicimos una variación, que fue no parar en el parque, sino simplemente atravesarlo, y completar la ruta con Stirling, tanto paseando por la ciudad, como visitando el castillo. De esta forma despejaríamos el penúltimo día.
Para ello, hay que madrugar, de forma que lleguemos con tiempo suficiente de recorrer todo el castillo antes de su cierre. Para la ciudad hay más tiempo dado que anochecía horas más tarde.
El decimotercer y último día de coche se vio condicionado por la entrega del coche. En principio estaba programado parar por el Campo de Batalla de Bannockburn y Falkirk Wheel, después visitar Glasgow y estar antes de las 18h en Edimburgo para devolver el Golf. Imposible, así que saltamos directamente a Falkrirk Wheel, que parecía más interesante que el Campo de Batalla. Aún así, vimos lo más céntrico de Glasgow limitados por la hora de regreso.
Quizá deberíamos haber elegido entre Stirling y Glasgow para haber podido dedicar más tiempo a una de las dos. O incluso haber devuelto el coche la mañana siguiente a primera hora y haber salido directamente para el aeropuerto. En cualquier caso, Stirling, Falkirk, Glasgow y Edimburgo están bastante próximas y bien comunicadas.
En definitiva, que hubo que ajustar y descartar algunas paradas previstas, pero en general, cumplimos bastante bien con el plan previsto. Dejamos fuera algún castillo que no estaba incluido en el Explorer Pass por falta de tiempo o interés y aprovechamos ese tiempo para disfrutar de los parajes escoceses.
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