Serie Terminada: Sucesor Designado

Sucesor Designado es una de esas series que comienza siendo una cosa y termina siendo otra totalmente diferente. Algo similar a lo que le ocurrió a Quantico. Y es que ambas comparten una trama de corto recorrido en la que llega un momento en que no se puede seguir alargando el chicle, por lo que o la cierras o cambias de tercio. Y generalmente esta segunda opción acarrea caída de audiencia. En este caso la serie fue cancelada tras su segunda temporada, sin embargo fue rescatada por Netflix y ganó una tercera. Eso sí, mucho más breve.

La ficción lleva en su título la figura del sucesor designado, una persona que se escoge en el Gobierno de los Estados Unidos cuando hay un acontecimiento en el que se reúne en un mismo lugar la plana mayor del gabinete. Este nombramiento se lleva a cabo para garantizar la continuidad del gobierno en caso de que se diera una circunstancia en la que todos los integrantes murieran o quedaran incapacitados para llevar a cabo su labor. Lógicamente este individuo seleccionado para el cargo ha de ser alguien lo suficientemente irrelevante como para que pueda faltar a este tipo de actos que requieren de la presencia de todo el mundo. Algo que es una paradoja, porque supone dejar en la reserva para el cargo más importante del país a una persona de perfil bajo y que probablemente no esté muy capacitada para asumirlo de la noche a la mañana.

En la serie el acto multitudinario en cuestión es el Discurso del Estado de la Unión y el sucesor designado es Tom Kirkman, el Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, un político apenas conocido y poco valorado por el presidente o sus compañeros. De hecho, él mismo no se considera político, sino profesor (daba clases en la universidad antes de aceptar el puesto) y no pertenece a ningún partido. Es un tipo humilde que intenta llevar una vida de lo más normal con su familia dentro de que es miembro del Gobierno de la Nación y tiene una posición acomodada. Sin embargo, todo se vuelve del revés cuando un ataque terrorista en el capitolio inicia el protocolo del sucesor designado y Kirkman se convierte en Presidente Interino.

Este arranque da paso a una temporada de 22 episodios en los que se mezcla la trama política de este nuevo presidente que ha de aprender mucho del funcionamiento del cargo, de cómo sortear las zancadillas que le ponen aquellos ávidos de poder que quieren echarle del despacho oval y de cómo mantener la relación con su familia con la investigación del atentado por parte del FBI.

No deja de ser una americanada con la manida premisa de que un (grupo) terrorista ataca a la gran potencia estadounidense y la nación queda en manos de un hombre ordinario, de apariencia débil y falto de experiencia que acabará erigiéndose en un héroe nacional gracias a que está dispuesto a darlo todo de sí mismo para salvar a su país. Un papel a la medida de Sutherland, que gusta de interpretar a personajes perseverantes. Aunque es cierto que Kirkman no es Bauer. Este ficticio presidente de los Estados Unidos es un hombre mucho más ingenuo y sin ese empuje. Aunque es cierto que tendrá que ir evolucionando, y en parte gracias al equipo de que se rodea.

En esta nueva andadura Kirkman se apoyará en Emily Rhodes y Aaron Shore, quienes ya le acompañaban en su anterior puesto y en quienes confía plenamente. Además, incorporará a su núcleo próximo a Seth Wright, un escritor de discursos al que asciende a Secretario de Prensa (cuyo actor, Kal Penn, ejerce además en la serie como asesor, ya que ejerció como director asociado de la oficina de Relaciones Personales y Asuntos Gubernamentales de Obama).

La relación con sus asesores (y también con su familia) sirve para mostrar el carácter humilde y la decencia de un individuo que no se ve tentado por el poder y que quiere seguir fiel a sus principios pese a los retos que van surgiendo. Se nos presenta así una nueva forma de hacer política, esa de no veo rojos o azules, de ni de derechas ni de izquierdas. Sucesor designado usa la tragedia como oportunidad para sugerir que en política las cosas se pueden hacer de otra manera.

No obstante, pese a lo interesante (e idílico) que pudiera ser ese planteamiento, la trama que realmente atrae la atención es la de Hannah Wells, la implacable agente del FBI que no cesa en su empeño por encontrar a los responsables del atentado. Es aquí donde recae el peso de la acción, la intriga, las conspiraciones, la tensión y los giros de guion al final de cada episodio. Dado que es una temporada larga, la historia se dosifica y se desarrolla con un tempo muy controlado que mantiene al espectador enganchado. Está muy bien medida.

Pero claro, vuelvo a mis palabras iniciales, al final la investigación concluye y la serie pierde su Leit Motiv. Sí, Kirkman sigue siendo presidente, pero la temporada pierde tensión porque se convierte en un procedimental en el que cada semana hay un problema que resolver y que se cierra a final del capítulo. Es verdad que se introducen nuevos personajes como el de la abogada Kendra o el director político Lyor y que Hannah sigue con sus investigaciones y hay alguna historia más que tiene cierta continuidad, pero desde luego no tienen el mismo peso que en la primera. Sobre todo porque la primera mitad de la temporada se centra en un caso en torno a la Primera Dama que de repente desaparece (al igual que los personajes secundarios que orbitaban en torno a ella) cuando ésta es asesinada.

Pero el mayor cambio de la serie llega con la recuperación de Netflix en la tercera temporada. Es entonces cuando Sucesor Designado pierde su esencia. En primer lugar desaparecen personajes sin ningún tipo de explicación (aunque sea como de pasada en un diálogo entre compañeros) y aparecen nuevos sin introducción alguna. Por otro lado, Hannah Wells pierde protagonismo, y con ella la parte de acción. En su lugar la serie se centra más en los personajes que trabajan en el gabinete, en sus dramáticas vidas personales y en reivindicaciones sociales que, aunque legítimas, no quedan naturales si nos basamos en el desarrollo de la serie en temporadas anteriores. Así, Sucesor Designado se separa de El Ala Oeste de la Casa Blanca y se acerca a Scandal.

A pesar de ello, hay que agradecer que la serie por lo menos tenga un cierre, ese momento en que Tom Kirkman deja de ser sucesor designado porque hay unas elecciones. No obstante, estas podrían haber llegado al final de la primera temporada y habría sido redonda.

2 respuestas a “Serie Terminada: Sucesor Designado

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